lunes, mayo 09, 2005

Los Patriarcas (III)

La Senda de La Matriarca

La presencia dentro de los Korg de Atalia Darsh, gran matriarca y primera Emperatriz de la Xenarquía, resultaba como un verdadero hito inamovible para la emergente sociedad Korg.

Nacida en la tierra, en el Territorio de la Antigua república de Sudafrica, era una heredera de la Célebre familia DeBeers, pero tras abrazar la carrera científica de nvestigadora en Biología Molécular se cambió de apellido.

Uno de los resultados más notables de su investigación fue el desarrollo de interfases proteicas para las nanomáquinas encargadas de la protección célular de los pílotos de los MO.

Exiliada a la estacion Freedom y una de las responsables de la remodelación de esta para convertirse en la Aristeia, fue casi de inmediato elegida como una de las representantes principales de la naciente Xenarquía.

Tras los tiempos de la diáspora inicial y la guerra de supervivencia que se desencadenó en la segunda edad, fue llamada a co-gobernar la Xenarquía como Emperatriz, junto a su compañero de varios siglos, el Gran Maestre Zorg.

La unión procreó dos hijos, Milo y Dhalia, ambos posteriormente asimilados al servicio de la Orden Negra.

En algunos Cenáculos se comenta acerca de la relación de la segunda hija, Dhalia, con el misterioso Proyecto Anamnésis, joya de la Corona de la Orden Negra.

Zorg y ella se separaron tras el inicio de la guerra con la Hegemonía Terrestre, al parecer por diferencias irreconciliables respecto a la posición de los Korg sobre la guerra.

Después de su separación, y del posterior enlace de ella con Malko Radamovic, otro patriarca, raras veces llegaron a tomar contacto, de hecho, Darsh sólo viajó a Glisten a asistir al funeral de Declan, hijo adoptivo de Zorg, y sobre el cual se han tejido una serie de Teorías que involucran a la Orden Blanca, al parecer sin asidero.

Se dice que, al enterarse de la desaparición de Zorg, lloró desconsoladamente, como nunca lo había hecho en ciento cincuenta años de reinado.

Lo último que se supo de ella, al parecer, tiene que ver con los extraños sucesos del templo, durante el ápice de la sangrienta guerra entre las Órdenes Blanca y Negra, perdiéndosele el rastro en las cercanías del Templo de Terra Incognita.