viernes, marzo 03, 2006

La Tercera Era (I)

Los Señores de la Guerra

Considerada por los historiadores de los tres poderes como una característica fundamental de los Tiempos confusos, la aparición de los Señores de la Guerra o amos de Clanes.

Surgidos de mundos no considerados "Principales" en la época del imperio, basaban su poder en el control de acceso a los escasos recursos de tecnología avanzada que quedaron indemnes después de la caída, en especial a las astronaves y cazas de combate, que se tenían entre los mundos del imperio en la categoría de reliquias sagradas.

Así, los cazas defiant, de la armada imperial, y las armaduras de combate, desde los legendarios Maximum Overdrive hasta los temibles An'Nin'hasg de la Orden Negra, que apenas vieron acción en la gran batalla por el cúmulo se conviertieron en las armas y presas más preciadas de estos.

De estos, además del ya mencionado Zheng Chan, accidental descubridor del Borde, podemos agregar a Jong Watkins, temerario salteador del espacio interestelar que contó entre sus dominios a Aztlan, Ganesh y Novobrums, llegando incluso a amenazar a Glisten (el cual ya había dejado de ser un mundo tecnológicamente avanzado como en los tiempos de las Ordenes) y manteniendo su hegemonía allí por 20 años-K.

Asímismo, los habitantes de los mundos de la periferia sufrieron durante varias décadas el azote de Mikhail Bordobudur, quien había sido un arqueologo al servicio de la Orden Blanca, lo que le permitió tener acceso a ubicaciones de naves dadas de baja por la orden pero funcionales, con las cuales dejó sentir su poder, sometiendo a tributo a varios planetas del cúmulo.

Pese a sus celebrados logros, tuvo un final poco digno, siendo vaporizado junto con su nave insignia, el Meriadoc, cuando intentaba atravesar el agujero de gusano que se encuentra en el punto de salto Alpha del Sistema Novobrums, se le considera el último de los jinetes.

En una nota irónica, fue la muerte de Bordobudur lo que permitió a los habitantes del cúmulo sortear la red gruyere, ya que los datos del desastre de la Meriadoc fueron misteriosamente transmitidos a todo el cúmulo, con lo cual, los científicos e ingenieros de varios planetas pudieron desarrollar una combinación de aleaciones y polímeros nanocombinados que ler permitieron sortear las corrientes de materia exótica y viajar a través de los planetas del cúmulo con un mínimo costo energético.

Borrador de Reflexiones de los tiempos confusos de Chandra Bynes, historiador del Instituto Astrofísico de Dhalion.